1. INTRODUCCIÓN A LA GESTIÓN DE GRANJAS SOCIALES
La Agricultura Social tiene sus raíces en los valores de solidaridad y comunidad del mundo rural y en el medio natural, y es multifuncional, combinando la función tradicional de producción de alimentos con la capacidad de favorecer la rehabilitación de personas con trastornos mentales y sociales (Van der Ploeg J., 2003, Pascale A., 2009).
Esta referencia histórica se ha desarrollado como un marco teórico generalmente llamado Cuidado Verde definido como un proceso activo que pretende mejorar o promover la salud física y mental y el bienestar no puramente una experiencia pasiva en un entorno natural. (Nilsson K., Baines C. y Konijnendijk C., 2007)
Partiendo de estos conceptos, se ha desarrollado la Gestión de Granjas Sociales como un marco teórico y práctico específico de conocimientos, competencias, habilidades y destrezas para los agricultores profesionales especializados en este tipo de actividades y vías de rehabilitación terapéutica dirigidas a personas vulnerables con necesidades especiales y en las que participan los servicios socio-sanitarios, las comunidades locales, las oficinas de empleo y las familias.
Como categoría profesional, el Gestor de la granja social es, por tanto, un empresario con conocimientos de alto nivel en el ámbito de las vías de rehabilitación para personas con patologias o trastornos y problemas sociales a través de la integración laboral en entornos agrícolas adaptados a este ámbito.
La gestión de la granja social tiene muchas dimensiones y elementos diferentes que abordan las variadas necesidades de las distintas personas en el marco de su trayectoria de rehabilitación personal y adaptada: por ejemplo, dos de ellas que participan en las mismas actividades pueden beneficiarse de forma diferente.
Por lo tanto, es necesario describir los procesos implicados para definir la intervención y mostrar cómo se relacionan las diferentes dimensiones y procesos y hasta qué punto están interconectados los diferentes enfoques en el contexto de la Atención Verde.
Este planteamiento teórico y preliminar se compartirá y discutirá con los responsables de Sanidad y Servicios Sociales para que el Gestor de la Granja Social pueda adaptar el programa de la granja de cuidados a los diferentes sujetos según las recomendaciones de los psiquiatras y psicólogos que envían a las personas acogidas, explicando el programa a los padres y organizando la agenda diaria junto con el Tutor de la Granja Social.
El Gestor Social de la Explotación Agrícola (GES) puede definirse como la persona responsable de planificar y gestionar el programa de actividades de la explotación agrícola dirigido a personas con necesidades especiales en cooperación con los Servicios Sociales y Sanitarios.
Él o ella, como empresario si es propietario o como gerente, en caso de ser empleado que gestiona esta tarea en nombre del propietario de la granja, llevará a cabo todas las iniciativas que hagan que la granja sea adecuada para acoger, formar y poner en marcha a personas vulnerables dentro de un itinerario de rehabilitación.
En este sentido, el SFM puede ser considerado, en términos de competencia, como un proveedor de cursos de formación y prácticas inclusivas en la granja dirigidas a personas vulnerables con diferentes tipos de trastornos mentales, sociales o de comportamiento.
Como empresario social, estará capacitado no sólo para gestionar las actividades de la granja planificadas y adaptadas a las personas con diferentes tipos de diversidad funcional, trastornos o patologias mentales , sino que también será capaz de motivar al tutor social de la granja (SFT) y crear una atmósfera de empatía en la realización del programa de atención en la granja para los alumnos a partir de sus habilidades de inclusión e integración (‘soft skills’) y de la mejora de sus experiencias diarias de aprendizaje sobre el terreno (competencias técnicas).
El gestor de la granja social será responsable de
- adaptar el entorno de la granja para acoger a personas con necesidades especiales
- planificar las actividades de la granja social
- gestionar, tutelar y formar los recursos humanos internos
- llevar las relaciones con las cooperativas sociales, las asociaciones de padres y las familias individuales
- llevar las relaciones con los servicios de empleo, sociales y sanitarios
- participar en las redes de agricultura social.
2. ADAPTACIÓN DE UNA EXPLOTACIÓN A LA AGRICULTURA SOCIAL
Una base teórica para empezar a pensar en la adaptación de la granja social a las personas con necesidades especiales está necesariamente ligada a un conocimiento de los modelos de calidad de vida (QoL).
En las ciencias sociales, la CdV se refiere al bienestar material y a los sentimientos de las personas sobre la adecuación de su estilo de vida. En las ciencias médicas, la QoL se refiere a la Calidad de Vida Relacionada con la Salud (HRQoL) en la que los atributos del estado de salud y los factores de calidad de vida están enfatizados e interconectados (Lawton M. P.,1983).
La QoL es alta cuando las esperanzas y las expectativas de la propia capacidad de funcionamiento coinciden con la situación percibida (McDowell I., 2006).
Los modelos de QoL pueden utilizarse para ayudar a la asignación de recursos y para evaluar el impacto de las decisiones políticas (Rogerson R., 1995).
En el ámbito de la atención sanitaria, la CdV es una medida de resultados que se utiliza para evaluar los resultados de los tratamientos, principalmente desde la perspectiva del paciente, para distinguir los efectos del programa en función de las distintas personas, con resultados que pueden compararse midiendo su CdV también en caso de efectos adversos.
El plan de adaptación de la granja social incluirá toda la implementación y los cambios necesarios para transformar una granja convencional en un lugar accesible para las personas con deficiencias mentales y sociales y cómodo para su trabajo y tiempo de ocio.
Los campos, los espacios abiertos, los edificios y las instalaciones deberán ser revisados analíticamente según los principios de diseño para todos basados en la accesibilidad, inspirados en las experiencias de la ENAT (https://www.accessibletourism.org/) y adaptados para que sean cómodos para las personas con necesidades especiales y favorezcan su integración laboral.
Todas las actividades planificadas de la granja de cuidados se basarán, obviamente, en los trabajos de temporada y en las condiciones meteorológicas, de modo que la planificación también puede variar ligeramente en cuanto al aplazamiento de algunas actividades al aire libre sustituidas por actividades en el interior, pero siempre siguiendo un programa dirigido a cada aprendiz.
Además de prestar atención a la mejora de las ‚soft skills’, como la confianza mutua y las buenas relaciones, la planificación individual de la granja de cuidados tiene que potenciar también las competencias técnicas basadas en el trabajo con un tutor de la granja social y el cumplimiento de las tareas asignadas.
Se puede diseñar un esquema general de calidad de vida de la adaptación a la granja a partir de los factores clave que deben conocerse antes de comenzar las prácticas y el programa individual correspondiente. Los principales factores a analizar se centran en los tipos de malestar (trastornos mentales, de comportamiento o sociales), la evaluación de las ‘soft skills’, los intereses y talentos potenciales del aprendiz con necesidades especiales y la puesta en común del programa individual con la familia. Esta fase se gestionará junto con los servicios sanitarios y sociales y dará lugar a un informe individual de las características, la formación y el programa de colocación y una hoja de ruta de colocación que incluya el análisis de las tareas, la observación continua del programa diario y los informes. Los resultados se compartirán, analizarán y debatirán con los servicios sociosanitarios y la familia.
La agricultura social pretende ser una terapia ocupacional y de ocio específica en un contexto verde que apoye las actitudes de los aprendices con diferentes tipos de deficiencias y favorezca su evolución hacia una vida satisfactoria y productiva que no esté estrictamente dominada por su rendimiento laboral, sino que combine sus actividades laborales con el bienestar.
La ocupación diaria de una persona puede verse limitada como consecuencia de problemas de salud como una enfermedad mental, un entorno laboral opresivo o dificultades en la vida social, como en el modelo persona-entorno-ocupación-desempeño (PEOP) (Christiansen L. et al, 2005).
El análisis previo de los factores clave, como actividad preliminar que debe realizar el gestor social de la granja en colaboración con los servicios sanitarios y sociales, conduce a un conocimiento profundo de los tipos de impedimentos que deben abordarse y que constituyen, por tanto, el marco de referencia para el programa individual que hace frente a los tipos de malestar que pueden preverse y superarse.
La adaptación de la granja, que en general se basará en entornos de trabajo y ocio no estresantes, en cuanto a los programas individuales se centrará en hacer frente a los tipos específicos de deficiencias que pueden obstaculizar una colocación sólida.
Los conocimientos previos y la concienciación sobre los tipos de deficiencia que necesita el gestor de la granja social ponen de manifiesto la importancia de conectar la evaluación previa con el programa individual adaptando la formación y el entorno de trabajo a las características y el estado cognitivo del aprendiz.
Los trastornos cognitivos son una categoría de trastornos de salud mental que afectan principalmente a las capacidades cognitivas, incluyendo el aprendizaje, la memoria, la percepción y la resolución de problemas. Los trastornos cognitivos del desarrollo o los problemas de aprendizaje se suelen dividir en “leves”, “moderados”, “graves” y “profundos”, y estas categorías se basan en el cociente intelectual (CI).
Los trastornos de aprendizaje leves y moderados suelen definirse como un CI entre 35 y 69, y los graves como un CI de 34 o menos, con un deterioro del funcionamiento adaptativo que se inicia en la infancia.
A partir de la evaluación del CI, todo tipo de deficiencias son analizadas en profundidad por los servicios sanitarios y sociales y un Educador Social Agrario (EAS) acompañará al aprendiz a colocarse y formarse desde el principio hasta la completa adaptación del sujeto al lugar y a las actividades laborales. Estas funciones y tareas específicas se describirán dentro del Módulo 3 de este curso.
A partir de la evaluación previa sobre los tipos de diversidad funcional del aprendiz, el gestor de la granja social adaptará los distintos lugares de trabajo y laboratorios al programa individual que se compartirá con los servicios sanitarios y sociales.
El programa individual se inspirará en una visión basada en la inclusión social, la integración y la rehabilitación de las personas vulnerables con el objetivo de establecer un plan de trabajo adaptado a las características específicas, como los tipos de diversidad funcional, trastornos o patologias mentales o problemas sociales, los intereses y los talentos emergentes del aprendiz, con un diseño de formación y colocación a medida que se llevará a cabo día a día en el seguimiento del trabajo por el tutor de la granja social.
La tarea del gestor de la granja social será, por tanto, tras el plan de adaptación, también una coordinación de las actividades diarias a realizar por los aprendices con el apoyo del tutor de la granja social y posibles pequeños cambios basados en la evaluación continua de los resultados.
La granja social se adaptará de la mejor manera posible para que sea un lugar cómodo, accesible y seguro para acoger las actividades de formación y trabajo de las personas vulnerables, cada una de ellas ubicada y seguida a lo largo de su propio programa individual adaptado.
Se prestará una atención previa a los espacios exteriores en los sectores de colocación y trabajo de la granja social, con una comprobación específica de la exclusión de plantas venenosas, espinosas y comunes que causen peligro y reacciones alérgicas, y de la vegetación densa que pueda obstruir el movimiento y la exploración visual.
El mismo cuidado es necesario en las habitaciones donde pasarán el tiempo de trabajo y descanso los aprendices con necesidades especiales para evitarles cualquier tipo de estrés, falta de confort o riesgo para su seguridad.
Además de estas cuestiones prácticas que hay que examinar y resolver, los participantes también deben sentirse bienvenidos, seguros y a gusto, en un entorno culturalmente sensible, natural y confortable.
La accesibilidad física, cognitiva y social es especialmente importante para las granjas sociales en las que los espacios verdes se destinan al uso de personas vulnerables y se adaptan en función de sus deficiencias específicas.
La rehabilitación psicoeducativa tiene como objetivo enseñar habilidades y destrezas que influyen en los aspectos cognitivos. Una granja social bien adaptada tiene en cuenta no sólo los límites sino también las ventajas de estimular la autonomía y el crecimiento independiente del alumno.
Cada actividad planificada debe poder medirse en función de las habilidades adquiridas en la realización de tareas específicas o en el aprendizaje de actividades laborales y de tiempo libre, de la comunicación funcional y de la comunicación interpersonal. Esto implica que todas las habilidades duras y blandas aprendidas por el aprendiz en las actividades realizadas deben estar disponibles, ser adecuadas y repetibles para seguir las mismas tareas o contextos de relación similares.
El papel del gestor de la granja social no se limitará, por tanto, a la adaptación de la granja y a la organización de los programas individuales para los aprendices, sino que también consistirá en el seguimiento de las actividades gestionadas por el tutor de la granja social y en la realización de posibles cambios en el programa de acuerdo con un proceso de evaluación continua realizado en cooperación con el educador de la granja social y los servicios sociales y de salud.
El proyecto SWANS creó un modelo de inserción laboral factible para personas autistas con diversos grados de problemas de socialización y diferentes habilidades y capacidades, contribuyendo así a las herramientas de evaluación del seguimiento, las dificultades operativas relacionadas con los contextos laborales y los métodos de apoyo y tutoría para superar dichos obstáculos (Canalicchio M., De Clercq H., Howlin P., Montagnoli L., Peeters T., Pierini A., et al., 2013).
El proyecto SocialFARMS pretende demostrar que el modelo y las herramientas de gestión creadas para las personas con trastornos del espectro autista (TEA) pueden transferirse a otras categorías de personas con diversos tipos de trastornos mentales, sociales y de comportamiento, y desarrollarse específicamente en contextos de granjas sociales como lugares ideales para la colocación y la formación rehabilitadora por parte de la tríada Gestor de Granjas Sociales, Tutor y Educador.
El Proyecto de Rehabilitación Terapéutica Individual (ITRP) sitúa a la persona en el centro y se elabora en el seno de un equipo multidisciplinar con funciones y competencias complementarias a partir de la evaluación ex-ante sobre los tipos de deficiencias y capacidades de las personas con necesidades especiales para ser colocadas y formadas, haciéndolas más autónomas, sociales y capacitadas.
La accesibilidad es un factor de ajuste persona-entorno y se refiere al grado en que las personas con diferentes capacidades pueden acceder al entorno.
Podemos referirnos a diferentes tipos de capacidades, pensadas como actitudes, capacidades, habilidades o talentos, pero más en general podemos definirlas como prácticas o teóricas, ambas conectadas a las capacidades cognitivas que se refieren al entorno en el que la información necesaria para pensar y actuar es comprensible para los usuarios, implicando capacidades sociales y vocacionales interconectadas que dan acceso al conocimiento y al trabajo.
El diagrama de flujo que aparece a continuación muestra las conexiones que llevan a las necesidades vocacionales y a la empleabilidad pasando por los programas de inclusión y rehabilitación de la granja social.
3. PLANIFICACIÓN
Las granjas y los terrenos de cultivo e invernaderos que las rodean pueden convertirse en un lugar perfecto para la acogida de personas con diferentes tipos de diversidad funcional, patología o trastorno.
Los animales de corral pueden ofrecer la oportunidad de involucrar a personas con problemas mentales y sociales en su cuidado y gestión.
En la mayoría de los casos no es necesario cambiar radicalmente los activos productivos, sino que basta con organizar vías de trabajo viables para acoger adecuadamente a los aprendices con necesidades especiales y adaptar el trabajo diario a sus características y comportamientos.
Los campos abiertos pueden limitarse a pequeñas parcelas en las que el trabajo y las actividades de formación pueden dejar constancia día a día del trabajo realizado y de los resultados compartidos entre el tutor y el aprendiz o dentro de un grupo.
Los huertos, la pequeña producción de hortalizas y hierbas aromáticas son muy útiles para este tipo de enfoque terapéutico individual y de grupo porque pueden ser gestionados y elaborados de forma muy práctica por el tutor en colaboración con uno o varios aprendices.
La planificación de una producción de la granja social dirigida al mercado solidario y comunitario, a los mercados de agricultores o al mercado minorista general, es obviamente más ambiciosa que la producción para el consumo interno como una vía terapéutica individual o grupal, ya que significa enfrentarse al mercado y vender a los consumidores los productos alimentarios bajo una marca de granja social y, en caso de producción ecológica, obtener la certificación correspondiente.
Este planteamiento debe considerarse, por tanto, como una oportunidad para el empleo de personas con deficiencias acogidas en las granjas sociales y encaminadas a una actividad económica laboral, incluyendo por tanto en los objetivos de la cooperativa también el ámbito final del empleo.
Esto implica la elección de la configuración jurídica de la granja social, como una cooperativa social en la que participan las personas con los distintos tipos de deficiencias como socios y trabajadores.
Existen diferentes legislaciones en la Unión Europea que definen distintos tipos de cooperativas sociales (véase el estado del arte de SocialFARMS de Austria, Italia, Países Bajos, España y Turquía).
Se debe ofrecer una visión general de la granja para demostrar la oferta potencial en su totalidad y contexto, incluyendo las prácticas de trabajo de campo y de laboratorio, empezando por la presentación en pocas palabras de todas las instalaciones y servicios disponibles.
Se debe presentar con más detalle el funcionamiento de la granja social: los cultivos y los animales son el centro de las actividades agrícolas, por lo que la forma de presentar su disponibilidad y adaptación pasando por el camino de la rehabilitación centrada en la persona es un enfoque clave para el gestor de la granja social.
La agricultura social está comúnmente asociada a la agricultura orgánica o integrada: la visión sobre los tipos de procesos y productos de la granja puede integrar, por lo tanto, la misión declarada como granja social con un enfoque específico en la forma en que los aprendices con necesidades especiales están directamente y con seguridad involucrados en las actividades de la granja.
Este enfoque de educación y formación se denomina aprender haciendo y se basa en un diseño bien hecho que realizará un tutor de la granja social con uno o más aprendices, acompañado en el primer periodo de prácticas por un educador de la granja social (véase el módulo 3), enviado por los servicios sociales de salud o por una cooperativa social, encargado de favorecer la inclusión en el trabajo de la persona a formar.
Partiendo de la consideración de la agricultura social como una forma de emprendimiento social, es importante entender que una granja social debe combinar un Modelo de Negocio (BM) centrado en soluciones para un entorno social combinado con un Plan de Negocio (PB) centrado en un entorno económico.
El enfoque social y económico es, por tanto, fundamental para hacer sostenible una combinación sólida entre la actividad primaria y la actividad de la granja social, mediante la edición, revisión y actualización de un plan de negocio como paso fundamental en el proceso de conversión de una granja tradicional en una granja social.
Este enfoque específico muestra las similitudes y diferencias entre un plan de negocio económico clásico y uno de granja social combinado con un modelo de negocio.
Por lo tanto, es importante destacar las peculiaridades de un plan empresarial agrícola orientado a la agricultura social.
Para montar y gestionar una granja social es necesario conocer a fondo los factores internos, externos e institucionales, como en el siguiente esquema.
Modelo canvas de negocio en granjas sociales
(modificado de L’Agricoltura si eleva al quadrato,2018 ed. Ali&no, B.Torquati, A. Tittarelli, V.Vizioli, C.Paffarini)
El `diagrama de las decisiones’ esun buen método para analizar en profundidad su viabilidad antes de poner en marcha una empresa agrícola social.
El plan de negocio de una granja social no difiere tanto del plan de negocio de una granja tradicional o, en general, del de una pequeña empresa. Sin embargo, una parte importante depende de los cambios realizados o necesarios para adaptar la granja a los huéspedes y aprendices con necesidades especiales.
La principal diferencia entre una granja y una granja asistencial es que, en el segundo caso, el gestor de la granja social se dedica al bienestar social y no a la pura rentabilidad económica.
Otra diferencia a tener en cuenta es que puede haber costes adicionales debido a las necesidades específicas correspondientes a los tipos de problemas mentales y sociales que hay que abordar (estas diferencias se presentarán en el módulo 3).
Por otro lado, un valor añadido puede estar representado por el papel ético reconocido a la granja social, con las correspondientes subvenciones y el apoyo de los servicios sociales de salud y las instituciones públicas locales y la preferencia dada por los ciudadanos y los consumidores a los productos de comercio justo y las iniciativas apoyadas por la comunidad, con la oportunidad de transformar una desventaja en una ventaja competitiva.
Alcance y presupuesto: define claramente cuál será el alcance global de tu proyecto de granja social (es decir: justificación, objetivos, resultados, fuentes de financiación, presupuesto). Tenga en cuenta que los diferentes elementos de la evaluación del alcance pueden ajustarse durante el desarrollo del proyecto.
Programa de desglose del trabajo: cree una representación gráfica que le ayude a desglosar el alcance del proyecto en diferentes secciones y tareas (es decir, utilice un modelo de lienzo).
Diagrama de Gantt: defina una línea de tiempo que represente en orden cronológico los diferentes pasos y tareas del proyecto.
Plan de comunicación: debe tenerse en cuenta especialmente para las relaciones externas y la participación de los interesados externos en su proyecto de granja social.
Gestión de riesgos: identifique los riesgos potenciales del proyecto, catéguelos según su probabilidad y gravedad e intente definir acciones para prevenir los riesgos y/o mitigar sus efectos.
Después de haber estudiado detenidamente la ubicación, el terreno y los locales que se van a comprar, alquilar y construir, o adaptar, si se trata de una propiedad familiar, es muy importante fijar la visión, las ideas y los objetivos con cifras concretas correspondientes al propio presupuesto. Para planificar correctamente un plan de negocio para una granja social es útil preparar una herramienta de planificación que incluya
- presupuesto para i) compra (terreno y/o local), ii) construcción, adaptación o reforma, iii) sistema de iluminación, calefacción, aire acondicionado y fontanería, iv) otros equipamientos, v) instalaciones de la granja (cocina, salones equipados,..), vi) jardines y parques, vii) otras instalaciones exteriores, etc.
- gastos para i) costes fijos (impuestos y tasas, costes de personal para la temporada activa, basados en los datos del tipo de personal y los salarios medios y las cotizaciones sociales, con previsión de aumento de los costes en el período de los dos o tres años siguientes; ii) parte fija de los gastos de electricidad, agua, teléfono y servicios de Internet; iii) costes de publicidad para el primer año de explotación, así como para la publicidad de apoyo durante los años siguientes.
- gastos de : costes variables estimados para la empresa, calculados como porcentaje de los ingresos procedentes de la venta de productos y servicios de la granja social.
Principales factores financieros de un plan de negocio para una granja social:
- Capital básico y financiación que debe invertirse para la restauración y la adaptación;
- capital de préstamo necesario para la inversión/explotación del negocio de la granja social;
- fuentes de financiación, incluyendo también los fondos europeos, la devolución del préstamo, etc.
Presupuesto básico de la empresa agrícola social:
a) ingresos anuales estimados, precio de un día de alojamiento con (o sin) comida, precio medio del paquete de servicios complementarios; tasa de ocupación esperada; aumento esperado de clientes para un periodo de 2-3 años después del inicio;
b) costes fijos estimados por año, impuestos y tasas, costes de personal para la temporada activa, parte fija de los gastos de electricidad, agua y servicios de teléfono/internet; costes de publicidad;
c) costes variables estimados para el negocio, calculados como porcentaje de los ingresos: i) electricidad y agua, ~10 % de los ingresos por la venta de alojamiento en granjas sociales y servicios de comida, ii) gastos por productos alimenticios y otros productos necesarios para la cocina, ~30 % de los ingresos por servicios de comida para los clientes, iii) otros costes variables, por materiales higiénicos, consumibles de limpieza y lavado, y otros materiales, ~5 % de los ingresos por alojamiento. Todas estas cifras se pueden poner en una matriz.
Un modelo de negocio puede ser una herramienta eficaz para diseñar un plan de negocio detallado que incluya las relaciones y los factores específicos que deben examinarse.
El plan de negocio específico de una granja social se centra en factores internos, institucionales y externos que regulan este sector.
Los Servicios Sociales y Sanitarios (SSS) son responsables de la salud pública y los servicios específicos gestionados por psiquiatras y psicólogos están a cargo de las personas con diferentes tipos de trastornos mentales, sociales o de comportamiento que pueden ser incluidos en Proyectos de Rehabilitación Terapéutica Individual (ITRP) basados en la Colocación y Apoyo Individual (IPS) y enviados a una granja social que presenta instalaciones y servicios fiables y bien adaptados a tipos específicos de necesidades.
Algunos requisitos relevantes para la realización del ITRP se comprobarán y evaluarán durante la colocación en base a los informes del SFT y el SFE en colaboración entre el SFM y el SHS.
La evaluación continua verifica desde el principio la trayectoria inclusiva a partir de las personas encargadas de la rehabilitación día a día, el informe diario y semanal sobre el trabajo realizado, las observaciones y los comentarios, la evaluación periódica por parte del SHS y la comunicación a las familias sobre los resultados en curso.
El Apoyo Individual a la Colocación (IPS) se basa en una metodología de aprendizaje en la práctica que tiene que demostrar y será evaluado por el SFE de acuerdo con la planificación de la granja social siguiendo las directrices del ITRP.
El camino de la inclusión en el trabajo será supervisado por el SFE cuya tarea principal está dirigida a facilitar el camino de la rehabilitación, la adaptabilidad y la confianza en sí mismo del aprendiz con necesidades especiales.
Este apoyo es fundamental en la primera fase de las prácticas y el SFM tendrá varias reuniones informativas con el SHS con la participación del SFE que se encargará de acompañar al aprendiz.
El SFM compartirá y tratará las prácticas individuales planificadas correspondientes al ITRP presentado por el SHS.
Un portafolio hecho de folletos, fotos y películas será útil para demostrar el nivel de adaptación a las diversas características más adecuadas para incluir a una persona específica (todos los detalles sobre las actividades y tipos de evaluación se proporcionan en el Módulo 3)
Es recomendable, debido a la importancia de que los usuarios más vulnerables sean asistids por una persona conocida de forma continua y prolongada, que el Tutor Social de la Granja (TGS) asignado a una persona específica o a un pequeño grupo para ser formado para realizar programas personalizados de la granja, sea un recurso humano interno, a tiempo parcial o completo, dependiendo del tipo de compromiso o contrato.
El papel del tutor también puede ser desempeñado directamente, al principio de la granja social, por el gerente de la granja, en particular en las pequeñas explotaciones, mediante la organización de actividades para las personas con necesidades especiales, con la participación de educadores enviados por los servicios socio-sanitarios o las cooperativas sociales (véase el módulo 3).
En caso de no disponer de un recurso interno, el SFT puede ser un profesional contratado en régimen de externalización, con experiencia previa en la granja social. En este caso, organizará las actividades de la granja social planificadas en colaboración con el gestor de la granja social durante un período lo suficientemente largo y continuo como para que los aprendices tengan confianza y se sientan cómodos en el entorno de la granja social y sean capaces de completar un ciclo completo de actividades.
En el caso de que otras personas que trabajen en la granja con diferentes tareas productivas también estén involucradas en las actividades de la granja social, tienen que estar capacitadas para tutelar a las personas con deficiencias y adquirir las habilidades necesarias para tener relaciones positivas, agradables y amistosas con ellas. El papel del gestor de la granja social en este caso se centrará en supervisar las actividades de la granja social directamente o en estrecha relación con un educador sociosanitario que acompañe al aprendiz.
Las habilidades del gestor de la granja social se basan tanto en las habilidades empresariales, gestionando y supervisando las actividades de la granja social planificadas, individuales o en grupo, como en las ‘soft skills’ centradas en la comunicación con el personal directamente implicado en la formación, como el tutor de la granja social, y el educador enviado por los servicios socio-sanitarios que apoyan a la persona a integrar.
En el caso de que el tutor de la granja social sea un recurso humano interno, será formado por el gestor de la granja social o por centros de formación externos que impartan un curso especializado en agricultura social.
Es importante que la granja social sea como una familia feliz con un sentido común, solidario y orgulloso de vivir el trabajo y el tiempo libre como uno solo.
La planificación de una granja social se basa en una amplia experiencia de trabajo de campo y de relaciones. Las actividades de campo para la rehabilitación de la granja social provienen de una colaboración correcta y eficaz con todas las personas e instituciones implicadas.
Un esquema puede ser útil para fijar una idea de las organizaciones y personas involucradas antes de crear un plan de actividades de campo para una oferta de programa de granja social.
Los Servicios Sociales de Salud proporcionan: tratamientos, terapias y proyectos individuales; implican: servicios sociales y equipos de salud mental especializados en la rehabilitación de personas con diversidad funcional, trastornos o patologias mentales o problemas socialesbles.
Las organizaciones no gubernamentales proporcionan: inclusión social, integración en la comunidad, potenciación de ‘soft skills’, apoyo lingüístico; participan: operadores de rehabilitación social, de drogas y alcohol, cooperadores de apoyo a los refugiados.
Las entidades educativas ofrecen: cursos escolares subvencionados, educación no formal, entorno laboral e instalaciones para necesidades especiales; participan: escuelas, centros de formación, cooperativas sociales, familias.
Los servicios de empleo proporcionan: inclusión en el mercado laboral, habilidades agrícolas; participan: servicios de empleo, organismos de rehabilitación, planes de empleo protegidos.
El gestor de la granja social, con un proyecto de planificación de las actividades de campo y de laboratorio dirigidas a las personas con necesidades especiales, se pone en contacto con los organismos y las personas conocidas o potencialmente implicadas, que pueden resumirse esquemáticamente como se indica a continuación:
- las cooperativas sociales, existentes en todos los países europeos en virtud de diferentes legislaciones nacionales, tienen un estatus reconocido para prestar servicios a personas con diferentes tipos de trastornos mentales o sociales y relaciones directas con los servicios sociales y sanitarios locales y con las familias, proporcionándoles asistencia y trabajo directamente o en colaboración con centros autorizados, albergues y granjas de atención.
- las asociaciones de padres, que han crecido en toda Europa, están vinculadas a organizaciones benéficas o son independientes y se centran en tipos de diversidad funcional o problemas específicos, a veces con el apoyo de fundaciones que les proporcionan recursos financieros y servicios de consultoría.
- Las familias suelen ser proactivas y se organizan directamente o buscan servicios individuales específicos, espacios de inclusión social y oportunidades de formación/trabajo bajo el asesoramiento de los servicios sociales y sanitarios.
Todos estos contactos son fundamentales para compartir y poner a prueba las propuestas de la agricultura social y tener un enfoque práctico del cliente como gotas conectadas en un entorno favorable al agua.
Tras la adaptación de la granja a los diferentes tipos de diversidad funcional, partiendo de los colectivos con necesidades especiales, es necesario realizar esfuerzos para crear itinerarios de granja social inclusivos y adaptados a las características de los participantes.
Esta tarea será competencia del Gestor Social de la Granja (SFM) a partir de los Proyectos de Rehabilitación Terapéutica Individual (ITRP) basados en la Colocación y Apoyo Individual (IPS) acordados con los Servicios Sociales/Sanitarios (SHS) y compartidos con la familia del aprendiz.
El SFM planificará el itinerario de rehabilitación individual en colaboración con el Tutor de la Granja Social (SFT) y el Educador (SFE) para cada colocación individual fijando tareas y objetivos distribuidos dentro de las actividades semanales y diarias y realizados a través de programas de granja social adaptados al campo y al laboratorio.
La granja social es un enfoque eficaz e innovador para mejorar la inclusión social de las personas con diferentes tipos de discapacidad o condición de marginación, pero el entorno de la granja debe ser adaptado para una rehabilitación sólida.
La creación de trayectorias de granja social inclusiva es una tarea clave del SFM a través de la organización de programas de campo y de laboratorio social adaptados a los aprendices.
4. PROGRAMAS DE GRANJA SOCIAL EN CAMPO Y EN LABORATORIO
La agricultura social se ha desarrollado en toda Europa de acuerdo con leyes o normas nacionales y regionales, inspiradas en diferentes modelos teóricos y experiencias prácticas según los países, pero con enfoques similares.
Partiendo de estos antecedentes, es posible recoger de las experiencias nacionales los esquemas esenciales de los programas de agricultura social de campo y de laboratorio, constituyendo un portafolio de evidencias útil para el trabajo del Social Farm Manager.
Los aspectos comunes de la agricultura social en Europa dependen de la demanda social de asistencia, rehabilitación y cuidados, concebidos como bienes públicos que pueden ser desabastecidos por el sistema de granjas multifuncionales agrícolas.
Como área de la agricultura multifuncional, la agricultura social proporciona a la sociedad bienes públicos sociales una ampliación de los espacios de asistencia y rehabilitación fuera de los hospitales y albergues tradicionales dentro de una dimensión comunitaria verde.
En conjunto, los programas de granjas sociales de campo y de laboratorio pueden considerarse una parte notable e innovadora de los esfuerzos realizados desde mediados del siglo pasado para recuperar a los pacientes con trastornos intelectuales o problemas sociales al reintegrarse en la vida social fuera de los hospitales psiquiátricos.
Las granjas sociales pueden llevar a cabo programas de campo y de laboratorio, así como actividades al aire libre y en interiores.
La cría de animales y los cultivos son las actividades agrícolas más comunes y, por tanto, las más utilizadas para el exterior.
Los animales de patio son adictos a la presencia humana y adecuadamente educados pueden constituir una excelente base para la terapia con animales de compañía, la terapia con caballos o la onoterapia, especialmente relajante para personas con secuelas de estigma, trauma o estrés.
Los cultivos de campo, la horticultura, las plantas oficinales realizadas en su mayoría como agricultura ecológica, y la jardinería, pueden ser una experiencia de trabajo gratificante, atractiva y sencilla de poner en práctica con personas que tienen diferentes tipos de diversidad intelectual, síntomatología de enfermedades mentales de envejecimiento o dificultades de inclusión social.
Los productos alimentarios, del campo a la mesa, también con recetas tradicionales, pueden ofrecer una doble oportunidad, una actividad de laboratorio alimentario de formación sorprendente y productos alimentarios de calidad elaborados por ellos mismos para el mercado ético.
El agroturismo consistente en servicios de alojamiento, alimentación y turismo rural para los turistas en las zonas rurales puede ser también un punto fuerte para una granja social, añadiendo valor a la formación y la empleabilidad para las personas con trastornos mentales o sociales, y a los ingresos.
Las zonas de relax y ocio también son espacios muy importantes que deben proporcionarse a los alumnos para que puedan descansar de las actividades laborales.
Los animales de granja se utilizan normalmente para la producción más que para fines terapéuticos, pero pueden considerarse un entorno especial debido a las sólidas relaciones entre el hombre y el animal.
Los entornos de las granjas de animales ofrecen diferentes tipos de actividades e interacciones entre las personas y los animales en comparación con otros entornos agrícolas.
La atención puede centrarse principalmente en el trabajo productivo normal de la granja, como alimentar a los animales, limpiar los establos, ordeñar las vacas, etc.
Sin embargo, este trabajo en la granja también tiene un efecto psicológico positivo, ya que se ha demostrado que interactuar con los animales realizando estas actividades también puede facilitar un contacto social y comunicativo con los animales.
El progreso debe medirse con un seguimiento de los especialistas adaptando el trabajo con flexibilidad dependiendo del estado del día a día del aprendiz.
Los animales pueden tener especial éxito a la hora de tratar con personas con diferentes tipos de diversidad funcional, integrando el sistema sanitario tradicional con el cuidado de los animales, lo que también se denomina actividades asistidas por animales (AAA) que estimulan la respuesta asistida por animales.
Los perros o los gatos se utilizan habitualmente como animales de compañía, pero también los animales de patio, como las gallinas, los conejos, los caballos y los burros, o menos comúnmente las cobayas y las alpacas, pueden tener una fuerte empatía con los humanos.
A diferencia de las AAA, las terapias asistidas con animales (TAA) son tratamientos psicológicos y psiquiátricos especializados gestionados y evaluados por especialistas, con ayuda de animales de granja adiestrados, que pueden reducir la depresión y la ansiedad, y aumentar la confianza en sí mismos de las personas con deficiencias.
Los efectos positivos están documentados en la literatura científica para personas con trastornos mentales y afectivos o depresión clínica, por lo que es útil para aprendices con diversas deficiencias realizar ejercicios desde simples a más complejos en el manejo y cuidado interactivo de los animales.
Las personas con diversidad funcional, trastornos o patologias mentales o problemas sociales pueden sentirse atraídas por la interacción con los animales de granja, ya que su contacto es espontáneo y no está sujeto a ningún tipo de estigma como puede ocurrir con otras personas.
La granja social debe estar adaptada para que los contactos y las experiencias con los animales del patio puedan realizarse en un contexto seguro y accesible y desarrollar en los alumnos la confianza en sí mismos y una relación sólida con los animales para futuras interacciones con ellos.
Un lugar de trabajo seguro mientras se cuidan los animales de la granja es la forma correcta de involucrar a los aprendices con deficiencias.
Dependiendo del grado de aprendizaje e interés, el aprendiz será incluido paso a paso en todas las actividades principales de trabajo con el reparto de trabajo del tutor de la granja social y el seguimiento del educador.
Uno de los mayores beneficios emocionales de la TAA es el enfoque combinado en la persona con deficiencias y el animal y su relación a través del cuidado mutuo.
Las ventajas de la TAA son
- Mejorar la confianza en sí mismo, la empatía y la estabilidad emocional
- Reducir el estrés, la ansiedad y los sentimientos de aislamiento o soledad
- Aumentar los sentimientos de seguridad, felicidad y estado de ánimo positivo.
Un Portafolio de Pruebas que incluya fotos y vídeos, obviamente liberados en respeto a la privacidad, puede ser muy útil para ilustrar y evaluar el AAA y/o AAT disponible en la granja.
El portafolio será una referencia constante del informe individual y ofrecerá una evaluación comparativa de las diferentes actividades, sus beneficios y su posible adaptación en función de los diferentes tipos de patologías o trastornos mentales o problemas sociales.
El gestor de la granja social tiene la responsabilidad general del cuidado de los animales, así como del proceso inclusivo y de rehabilitación dirigido a los aprendices asistidos, que participarán en el cuidado diario de los animales con comida, agua, ejercicio y un refugio limpio.
La buena higiene y el cuidado son reglas que deben aplicarse implicando al aprendiz como en un juego práctico serio, proporcionando agua limpia y potable, una alimentación buena y suficiente basada en las necesidades nutricionales de los animales, un aseo adecuado y manteniendo el refugio y el prado limpios.
Si los animales son de rebaño (como ovejas, cabras, alpacas, etc.) estarán al menos dos evitando la soledad.
Todos estos conocimientos deben transmitirse mediante el aprendizaje práctico a los alumnos haciéndoles partícipes y responsables del cuidado de los animales.
El campo y el invernadero son entornos agrícolas privilegiados para las actividades de formación de la granja social.
La agricultura ecológica es el proceso más adecuado por sus características de tratamiento natural de los cultivos y de enriquecimiento del suelo que garantizan la seguridad y la calidad de los productos.
La agricultura ecológica puede realizarse en campo abierto o también en invernadero, pero es fundamental en cualquier caso que se explique claramente a las personas que participan en los programas cuáles son los pasos y las tareas asignadas y facilitar el proceso de aprendizaje en la práctica.
Una parcela de cultivo será útil para que el alumno se haga una idea visual de los jardines y los huertos.
La huerta, el campo de hortalizas o el huerto de frutales, tendrán un diseño racional con franjas de terreno diferenciadas para cada una de las especies y variedades cultivadas, y carteles con la foto y el nombre de la planta, así como la secuencia de cuidados diarios, de manera que al aprendiz le resulte fácil reconocer inmediatamente la planta y guardarla en la memoria para continuar el trabajo en los días posteriores.
El huerto es el lugar de la granja en el que se cultivan todas las hierbas y hortalizas utilizadas para la preparación de alimentos.
Puede ser gestionado por el aprendiz de acuerdo con un programa que parte del mapa de plantas oficinales y aromáticas, y verduras necesarias y su rotación estacional.
La gestión del programa se debatirá y aplicará con los aprendices que participen en el reparto del trabajo, pasando por el seguimiento del trabajo y siguiendo las responsabilidades autónomas.
Un curso preparatorio con ayuda de fotos en carteles capacitará a la siembra del huerto, la plantación, el cultivo y el cuidado.
Se fomentará la participación del aprendiz desde el principio como ejercicio de conocimiento práctico desde el ciclo vital de las plantas hasta su uso para la preparación de alimentos.
Un “must” en una granja social es que haya un laboratorio de conocimiento y degustación de alimentos tradicionales.
Los laboratorios de alimentos, como “del trigo al pan y los fideos” y “del néctar a la miel”, pueden proporcionar a los alumnos conocimientos y experiencias directas del proceso de aprender haciendo.
El tipo de laboratorio alimentario depende, obviamente, de las competencias y capacidades específicas del gestor de la granja y del personal implicado, pero también del tipo de diversidad funcional, trastornos o patologias mentales o problemas sociales y del interés personal del alumno.
Las actividades de apicultura pueden ser perturbadoras para una persona con trastornos del espectro autista, debido al posible miedo a las abejas o a las situaciones imprevisibles, pero se puede aprender a comprender la importancia de las abejas para la polinización y la bondad y las características saludables de sus productos, la miel, la jalea real, el polen, etc., y la persona autista puede sentirse orgullosa de participar en la extracción de la miel y en el enmielado.
Elaborado a partir de cereales, y en particular de harina de trigo, el pan es el alimento más consumido del mundo, y forma parte de la dieta humana desde hace miles de años.
Los fideos caseros también son una tradición en muchos países, sobre todo a partir del trigo duro.
El pan y los fideos se pueden hacer fácilmente en un laboratorio casero donde se puede amasar la masa y cocer el pan en un horno, mientras que los fideos, a menudo hechos también mezclando harina y huevos, se dejan secar un poco antes de ser hervidos.
Hay muchas recetas de pan y fideos en función de los países y las regiones, por lo que en cualquier lugar se puede montar fácilmente un laboratorio de cereales, pan y fideos en la granja social.
La magia de la masa, de hacer pan o fideos, es la implicación de personas con diferentes tipos de diversidad funcional, que pueden experimentar directamente estos procesos y estar orgullosos de sus resultados tangibles, pan o pasta que se pueden consumir todos juntos.
Esta idea de comunidad, del campo a la mesa, es muy importante para la inclusión y la rehabilitación.
Un laboratorio de elaboración de pan y pastelería y de fideos , es bastante fácil de montar en una granja social como actividad que permita a las personas con deficiencias aprender las habilidades y destrezas necesarias.
El espacio interior elegido debe ser lo suficientemente grande como para permitir que las personas trabajen en condiciones de seguridad para el seguimiento del trabajo, considerando al menos tres personas, el aprendiz, el tutor y el educador.
La panadería y el laboratorio de pastas estarán separados, pero cerca del almacén de ingredientes, para que todo el proceso sea fácilmente comprensible y recordado por el aprendiz, del que se espera que tenga cada vez más confianza con el entorno de trabajo y las operaciones.
Las normas de higiene (APPCC) serán el primer paso para que el alumno las entienda y ejecute correctamente, y se diseñarán en carteles para facilitar una rápida comprensión de las secuencias.
En el caso de una producción no sólo para uso interno, sino también dirigida a los clientes, es decir, a los mercados agrícolas y/o solidarios, las cuestiones adicionales serán el envasado y la trazabilidad de la cadena alimentaria.
Los animales son siempre un valor añadido para una granja social, ya que contribuyen a crear un entorno amigable y en su mayoría muy cómodo para las personas con diversidad funcional, trastornos o patologias mentales o problemas sociales.
Desde los pastos hasta los cercados, los refugios y la sala de ordeño, el manejo de vacas, ovejas o cabras puede ser muy útil para un proceso de formación inclusivo y rehabilitador.
Toda la planificación diaria tiene que ser claramente presentada y desarrollada secuenciando las diversas actividades desde el campo hasta la mesa pero debe ser importante tener en cuenta que el objetivo no es sólo producir y aprender las técnicas del proceso sino también establecer un buen estado de ánimo mientras se trabaja.
La higiene es muy importante como concepto y práctica a aprender, es decir, antes de ordeñar a los animales hay que lavarlos cuidadosamente y secar sus pechos.
Estos sencillos puntos de partida son fundamentales para continuar con un proceso de aprendizaje a través de la práctica centrado en dotar al aprendiz de ‘soft skills’ y competencias técnicas para las siguientes actividades.
El ganado que produce leche puede abrir todo un mundo que se puede descubrir mirando, oyendo, tocando, oliendo y probando, creando así una especie de mundo mágico para el aprendiz con deficiencias.
Puede recomendarse especialmente para las explotaciones sociales que tengan un establo con vacas, ovejas o cabras, y que tengan la fabricación de queso como producción casera.
Sin embargo, el proceso que va de la leche al queso es más difícil en comparación con la panadería y la pasta, ya que necesita conocimientos y competencias técnicas más específicas y más equipos con espacios interiores dedicados a las distintas caras de la producción, en los que la higiene está relacionada con el aderezo, el almacenamiento y las disposiciones de conservación.
La leche es un alimento fundamental para el crecimiento de los niños y el queso es muy apreciado y popular en todos los países. Familiarizarse con las técnicas y el equipamiento para la fabricación de queso puede ser muy útil para la formación y dar a los alumnos un valor añadido para las oportunidades de empleo.
El aprendiz aprenderá a tocar y ordeñar a mano suavemente como un ejercicio basado en un contacto amistoso con el animal, pero también se mostrará la máquina de ordeño (ordeñadora) para dejar claro cuál es la forma moderna de ordeñar y por tanto algo también importante de aprender.
También es importante que el aprendiz entienda que diferentes animales producen leche con diferentes características y sabor.
La educación al gusto es una parte importante del proceso de aprendizaje.
El laboratorio, que normalmente se utiliza para tratar y procesar la leche, la mantequilla y el queso, debe ser cuidadosamente revisado de acuerdo con las normas de seguridad alimentaria (HACCP, Análisis de Peligros y Puntos Críticos de Control), pero puede ser adaptado para realizar talleres prácticos para alumnos con diversidad funcional.
Este concepto se traduce en espacios accesibles y equipos cómodos para los tipos específicos de deficiencias.
Las prácticas específicas, como la esterilización, la pasteurización o el uso de leche cruda para la elaboración de queso, se elegirán en función del destino de la leche y el queso y de los tipos de productos elaborados y, por si acaso, de los mercados.
Los procesos alimentarios más comunes en las explotaciones son las conservas y mermeladas, basadas en antiguas recetas y útiles para conservar y consumir verduras y frutas tras su producción estacional.
A pesar de la facilidad de producir conservas, es fundamental respetar estrictamente las normas de higiene que deben observarse en todas las fases productivas y dejar que los aprendices las aprendan como una secuencia.
Desde este punto de vista, también todas las normas que deben observarse, su secuencia, y el análisis de riesgos y control de puntos críticos (APPCC) pertinente, son excelentes pruebas para verificar las habilidades y capacidades de ejecución y aprendizaje.
Las operaciones y los gestos comprometidos con el respeto de las normas proporcionarán al alumno comportamientos correctos que deberá comprender y repetir como ejercicios de aprendizaje útiles.
El objetivo es potenciar la actitud de aprendizaje mediante habilidades mentales y manuales mejorando el bagaje formativo de los aprendices dentro de una trayectoria integradora y rehabilitadora.
Las principales prescripciones para las conservas y mermeladas son
- prestar atención a la limpieza general y a la higiene personal.
- no trabajar en caso de enfermedades como resfriados, gripe u otras infecciones contagiosas.
- lavarse las manos regularmente antes y después de manipular los productos
- utilizar recipientes limpios, desinfectados y esterilizados
- limpiar regularmente las superficies de trabajo y el equipo antes y después de su uso
- limpieza periódica de la sala de elaboración
- controles regulares de plagas
Todas estas prescripciones se incluirán en los gestos que debe realizar y repetir el aprendiz en el trabajo compartido con el tutor y se presentarán también en las imágenes que secuencian la elaboración de conservas y mermeladas.
Una tarea importante del gestor de la granja social es la adaptación de la sala de procesamiento para
- prevenir accidentes: es decir, retirar regularmente los objetos que no sean necesarios para la transformación y proporcionar espacio de almacenamiento y medios de conservación adecuados (temperatura y tamaño adecuados, estanterías, etc.)
- mejorar la accesibilidad de los materiales y utensilios de trabajo necesarios (palabra clave: trabajo sin barreras)
- conseguir un entorno de trabajo motivador y que favorezca la salud (por ejemplo: suficiente luz; colores vivos y agradables; adaptación de la silla de ruedas u otros tipos de accesibilidad)
- proporcionar instalaciones y espacio de almacenamiento adecuados.
- las salas de procesamiento deben poder limpiarse y estar “libres de gérmenes” (superficies lisas y fáciles de limpiar, evitar las grietas, etc.)
Las recetas deben ser rastreables y, a ser posible, siempre las mismas.
Etiquetado: es posible que haya que crear e imprimir, o dejar que se impriman, etiquetas para la venta. A continuación se ofrece un ejemplo de un tipo de etiqueta:
- nombre del producto, ingredientes, calorías y datos nutricionales
- contenido conforme al etiquetado de la UE para los alérgenos
- logotipo de la agricultura ecológica (si existe la certificación), basado en el nuevo Reglamento UE n° 2018/848, tal y como lo ejecuta el Reglamento UE n° 2021/1165, y organismo y número de control ecológico, y otros detalles adicionales
- días de vida útil después de la apertura
- número de lote de producción para la trazabilidad
- fecha de consumo
- dirección
- información adicional, por ejemplo, de la agricultura social
El uso y control de las etiquetas debe ser realizado por el aprendiz en el trabajo compartido o en la sombra con el tutor de la granja social.
Es importante que el aprendiz comprenda todo el proceso, desde la receta hasta la preparación, el embotellado de las conservas y mermeladas y el etiquetado:
- hervir los productos que se van a procesar según la receta
- llenar los frascos o botes esterilizados con el producto, asegurándose de que el producto procesado se adhiera al exterior o al cierre del frasco (limpiarlo con alcohol si es necesario)
- en función de la receta, esterilizar de nuevo la conserva
- tras el llenado, cerrar inmediatamente el tarro con la tapa y ponerlo boca abajo
- una vez que los tarros se hayan enfriado, etiquetarlos (ver etiquetas) y guardarlos en el lugar adecuado.
Las precauciones importantes serán:
- limpiar y guardar las herramientas/materiales que ya no se necesiten
- mantener un registro del número de lote, la cantidad, etc.
El desarrollo del participante y la trayectoria pedagógica están en primer plano, mientras que lograr determinadas cantidades de lotes no es el objetivo principal.
En función de sus características, los aprendices deben recibir primero una formación y luego adaptar su ritmo de trabajo al suyo propio.
La comunicación sobre el trabajo a realizar debe ser clara y los aprendices deben ser conscientes de los posibles peligros, estimulando su percepción individual.
En función de la receta, los utensilios como balanzas, ollas, platos, cuchillos, tablas de cortar, tamices, escurridores se preparan desinfectados, con una advertencia sobre el peligro potencial (por ejemplo, ¡cuchillos afilados!)
Los productos que se van a procesar, como en el caso de las conservas o mermeladas, es decir, las frutas o las verduras, se preparan
- se lavan, se secan, se pesan
- los aditivos, como el azúcar, la pectina, la sal, las especias, el aceite, etc., se cogen y se pesan.
Al final de la formación preliminar y al comenzar con el reparto de trabajo el aprendiz debe ser capaz de
- conocer las frutas/verduras y los ingredientes de las recetas
- manejar las cantidades (pesaje)
- demostrar precisión y concentración
- comprender la orientación y el orden de almacenamiento
- ser capaz de trabajar de forma higiénica
- reconocer las etiquetas
- manejar los medios auxiliares (cocina, batidora de mano, etc.)
- marcar las operaciones realizadas en un bloque y añadir observaciones si es necesario
El aceite de oliva virgen extra (AOVE) es un ingrediente fundamental de la dieta mediterránea incluido en 2010 en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
El aceite de oliva virgen extra se considera un patrón dietético saludable que puede reducir las enfermedades cardiovasculares y la diabetes de tipo 2 gracias a sus compuestos saludables, según afirma la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA).
En los países mediterráneos, donde se cultivan tradicionalmente los olivos, hay muchos ejemplos de colocación con éxito de personas con diversidad funcional, trastornos o patologias mentales, desde el campo hasta la almazara, pasando por todas las operaciones para obtener un AOVE de alta calidad.
El olivar es un contexto verde ideal para las personas con diversidad funcional, trastornos o patologias mentales y problemas sociales, que pueden aprender fácilmente las principales operaciones, desde la poda a la recolección, hasta la producción de un aceite de oliva genuino y saludable.
Muchas granjas sociales ofrecen por tanto esta oportunidad a sus aprendices.
La mayoría de las explotaciones sociales con olivares no tienen almazara, pero suelen tener un envase personalizado para el AOVE de sus propias aceitunas. Existen, pues, muchas oportunidades para situar a las personas con diversidad funcional, trastornos o patologias mentales a lo largo de la cadena de producción y venta.
Existen experiencias exitosas de inserción laboral de personas con diversidad functional en explotaciones agrícolas que producen uvas y vinos.
Elaborar vino implica un alto nivel de conocimientos y habilidades específicas, pero según las experiencias realizadas se puede formar a personas con diferentes tipos de diversidad funcional, trastornos o patologias mentales con buenos resultados a lo largo de toda la cadena de suministro del vino.
Se han observado mejoras significativas con la participación directa en la poda y la vendimia en el viñedo y el control de la bodega.
También es destacable la conveniencia para el productor de vino como producto de comercio justo con una atribución de cumplimiento de las normas de ética social que puede ser certificada.
Algunas explotaciones sociales del sector vitivinícola también han experimentado la disponibilidad de los clientes para apoyar directamente los productos éticos y de comercio justo con la financiación social comunitaria.
El ciclo que va de la uva al vino es un proceso tradicional cuyos orígenes se remontan a la historia agrícola de la humanidad.
Los avances realizados para la mejora de la calidad han implementado técnicas y tecnologías desde el campo hasta la bodega.
Todas las fases vitales de la vid y la uva, desde la floración hasta el cuajado en mayo/junio, el engrosamiento en junio/julio, el envero a finales de julio, el aumento de azúcar y la maduración de los racimos en agosto/septiembre, son importantes y pretenden un control continuo, también en función de las condiciones meteorológicas.
Los cuidados en el campo son un ejercicio útil para implicar directamente a los aprendices haciéndoles conscientes de la importancia de todos los controles e intervenciones necesarias, hasta las operaciones finales de la cosecha.
Los análisis químicos que llevan a la decisión de la vendimia también pueden explicarse como parte del proceso tecnológico necesario para producir un vino de buena calidad.
El proceso de vinificación se realiza en una bodega con condiciones ambientales controladas para las óptimas transformaciones del azúcar en alcohol y la composición y peso de los ácidos, el desarrollo de las levaduras para la fermentación y los compuestos aromáticos que dan al vino sus características.
En esta fase el control puede involucrar al aprendiz que puede ser cada vez más consciente, cuidadoso e interesado a este trabajo esencial.
Tras la maduración y el afinamiento del vino, en diferentes tipos de recipientes, normalmente de acero inoxidable para la maduración en un entorno anaeróbico y barricas de madera para el afinamiento y el envejecimiento, sobre todo en el caso de los vinos tintos, el aprendiz puede introducirse en la siguiente fase de embotellado, comercialización y venta.
Dependiendo del tipo de materia prima, desde los cereales para la cerveza, la manzana para la sidra o la fruta para diferentes tipos de licores, con diferentes procesos de elaboración, la misma formación paso a paso es favorable para desarrollar las habilidades de los aprendices con diferentes tipos de diversidad functional.
La agricultura puede definirse como multifuncional cuando tiene una o varias funciones además de su papel principal de producir alimentos y fibras.
La agricultura multifuncional puede imaginarse como un prisma que transforma un rayo de luz blanca en un haz multicolor.
La capacidad de la agricultura de ser multifuncional permite a los agricultores obtener ingresos adicionales mediante la diversificación de actividades.
El agroturismo es el tipo más clásico, sostenible y experimentado de diversificación multifuncional de las explotaciones y puede estar estrictamente relacionado también con las explotaciones sociales que ofrecen alojamiento y otros tipos de servicios agroturísticos.
Una granja social puede incluir, por lo tanto, alojamiento para los huéspedes, restaurante y otros servicios que pueden involucrar a personas con diferentes tipos de diversidad funcional, trastornos o patologias mentales y capacitarlas para realizar tareas compatibles con sus intereses, habilidades y adaptabilidad.
El agroturismo es un motor económico y cultural del desarrollo rural con un alto valor añadido que también viene dado por la recuperación y restauración de las propiedades inmobiliarias rurales tradicionales.
Esto incluye también el cuidado de jardines, parques y caminos como parte de los espacios de agroturismo que se ofrecen a los clientes.
Las personas con diferentes tipos de diversidad funcional pueden recibir formación para mantener los espacios interiores y exteriores, así como para atender las necesidades de los clientes.
Incluso la descripción de un plato tradicional al cliente puede ser perfectamente aprendida por el aprendiz como una narración que va del campo a la cocina a través de la tradición, la cultura alimentaria rural y local.
El camino educativo puede ser largo, pero los resultados en términos de autoestima y competencia adquirida pueden ser sorprendentes y duraderos.
Los animales de granja, como las gallinas, los conejos, las ovejas, las cabras, los cerdos, las vacas y los terneros, los caballos, los burros, etc., son importantes para el entorno rural y el tiempo de ocio (como la equitación), pero también para la terapia con mascotas y la hipoterapia.
Los aprendices de la granja social suelen estar muy interesados, tener éxito y ser apasionados en el manejo de los animales y dan con orgullo cuando son expertos sus consejos a los clientes sobre cómo tratarlos.
Este enfoque es muy práctico y eficaz para un método de aprendizaje en la práctica, pero debe adaptarse y medirse paso a paso en función del tipo de personas.
El agroturismo ofrece, por lo tanto, muchas oportunidades para la rehabilitación personalizada de personas con diversos tipos de diversidad funcional, trastornos o patologias mentales o problemas sociales y es, al mismo tiempo, una buena oportunidad de ingresos para la granja social.
De la tierra se puede recoger también madera, arcilla, paja y fibras textiles, materiales naturales que se pueden recoger y utilizar para la artesanía creativa en los talleres de la granja de cuidados, sobre todo en las estaciones de otoño e invierno, cuando los días empiezan a ser más lluviosos y cortos y se puede aprovechar el tiempo trabajando en el interior.
Las salas de los talleres tienen que estar adaptadas según criterios de diseño universal, cuidando la comodidad y la tranquilidad y centrándose en un programa de actividades programado en función del interés y la capacidad del aprendiz.
Los asientos y los materiales tienen que ser proporcionados en cantidad dependiendo del número de participantes y los tipos de trabajos previstos.
El ciclo completo de una granja de cuidados se planificará dentro de un calendario basado en la estacionalidad de las actividades interiores y exteriores con objetivos e hitos que se combinan paralelamente en los cursos de campo y de taller.
En caso de disponibilidad de equinos para la hipoterapia como tratamiento terapéutico elegido por la familia y bajo la opinión favorable de los servicios sociales y de salud, esta actividad también se programará en la granja de cuidado de acuerdo con la estacionalidad y el clima en el paddock interior o exterior y en el establo para el mantenimiento de los animales.
En una granja social incluso el reciclaje de residuos puede ser una buena forma de aprender cuestiones medioambientales útiles y una buena práctica de actuación dentro de un concepto de economía circular.
Los materiales reciclados pueden utilizarse en la agricultura para hacer compost mezclando los residuos biológicos picados de la poda o la cosecha con las aguas residuales de los animales para fertilizar y regenerar el suelo.
Otros materiales pueden ser reciclados estimulando la fantasía de los aprendices para hacer sus creaciones a partir de lo que se puede recoger de las herramientas rotas y normalmente destinadas a la basura.
Las fuentes de energía renovable también son un campo que debe incluirse en una forma de pensar responsable que puede resultar atractiva para las personas con diversidad funcional, estimulando su sensibilidad hacia el medio ambiente y cuidando de este tema.
Los materiales de construcción renovables pueden ser un curso de éxito para aprender haciendo, participando en la creación de paneles de arcilla y paja para edificios agrícolas de bajo impacto, véase https://www.youtube.com/watch?v=z8L4q6DJpQo&t=125s
Las zonas rurales son entornos ideales para el turismo activo, y las masías pueden ofrecer alojamiento, restauración y descanso en espacios interiores y exteriores.
Algunas masías ofrecen servicios de bienestar, como piscinas y SPA, masajes y tratamientos de bienestar para el cuerpo, pero los servicios más importantes que se ofrecen son las actividades al aire libre.
El trekking, el senderismo, la bicicleta de montaña y la equitación son las más populares entre este tipo de actividades al aire libre y recreativas.
Por ello, es importante proporcionar a los clientes toda la información, los servicios y la asistencia necesarios.
Se puede formar a personas con diversidad funcional para que se ocupen de la información y la toma de notas de las necesidades de los clientes.
Espacios para el descanso (interiores y exteriores)
Los espacios interiores se sirven de criterios de accesibilidad y relax para todos.
El diseño especial de los espacios debe favorecer la hospitalidad de con diversidad funcional y sus familias.
Los dormitorios, las salas de estar, la cocina, el restaurante y los cuartos de baño deben basarse en las recomendaciones del diseño universal, sin límites de accesibilidad y ofreciendo tanto habitaciones individuales como espacios comunes para compartir.
Los laboratorios interiores también deben diseñarse pensando en las necesidades especiales de los huéspedes con discapacidades mentales o movilidad limitada, de modo que puedan encontrar espacios adaptados y cómodos para su uso.
Las imágenes significativas que representen acciones a realizar y recreen situaciones cotidianas y familiares pueden ser útiles para que las personas con trastornos mentales se tranquilicen en sus contextos habituales.
Los espacios deportivos interiores son muy importantes para el tiempo de ocio y deberían diseñarse y equiparse según los mismos criterios de fácil acceso y entorno seguro y agradable para todos.
5. EVALUACIÓN Y BALANCE DEL TRABAJO SOCIAL EN LA GRANJA
El enfoque adoptado (Pavoncello, 2018) considera que la Agricultura Social, a través de la aplicación de buenas prácticas, no sólo es beneficiosa para el desarrollo económico local, sino que también es promotora de:
- La inclusión social de las personas desfavorecidas
- La mejora de la calidad de vida a través de vías adaptadas
Para trabajar eficientemente, una Agricultura Social requiere un gestor que sea capaz de integrar, en una realidad tan compleja y multidimensional, diversas profesiones especializadas como un equipo en el que todos practican y comparten sus conocimientos.
El Social Farm Manager se encarga de que todas las actividades llevadas a cabo por los profesionales de la red de la granja social estén orientadas a la consecución de los mismos objetivos.
El éxito de un Social Farm Manager depende también de su capacidad para
- formar parte de
- moverse dentro de
cada subsistema que constituye la Granja (Minuchin, 1974), ya que al escuchar, interpretar y moderar las peticiones y dificultades procedentes de varios subsistemas, también supervisa el proceso hacia la consecución de los objetivos fijados.
Una Granja Social nunca es un contexto aislado, sino que forma parte de un sistema integrado más amplio (Bronfenbrenner, 1979) en el que los intercambios se producen constantemente.
De ahí la otra gran responsabilidad del gestor de la granja social: la interacción y los intercambios con el mundo exterior donde la granja social toma, pero gracias a las mejores prácticas, también devuelve algo transformado para mejor.
Pero, ¿cómo evaluar la eficiencia y la eficacia de una granja social desde el punto de vista del Social Farm Manager?
La Granja Social es un entorno conocido que acoge e involucra a personas con diferentes tipos de vulnerabilidad: desde diversidad funcional y trastornos cognitivos, afectivos e interpersonales hasta desventajas socioeconómicas.
En este contexto, es de suma importancia ofrecer un camino personal adaptado que considere, además de la deficiencia que afecta al individuo, su historia de vida única, entablando una relación de confianza con la persona directamente implicada, así como con la red a la que está conectada.
Según el enfoque de la recuperación personal (Anthony, 1993), la mejora de la calidad de vida no se realiza únicamente con mejores resultados clínicos, sino principalmente como una experiencia profundamente subjetiva de bienestar que él o ella percibe después de un camino, como una nueva forma de ser y con un nuevo equilibrio
La calidad de vida, desde esta perspectiva, se define por otros constructos, por ejemplo
- bienestar mental
- autoeficacia
- autoestima
- sentido de pertenencia
- disminución de las emociones negativas
Para lograr estos objetivos, es importante diseñar un camino de recuperación que tenga en cuenta las capacidades reales y potenciales, además de las expectativas y ambiciones.
Aunque el sujeto necesitará apoyo y orientación, es fundamental identificar las fortalezas, ya que son los componentes más importantes de la recuperación personal. Funcionan como disparador de la motivación, haciendo que la persona se crea protagonista de la mejora.
La evaluación de un camino de recuperación personal aparece como un proceso que comienza con un equipo de trabajo de profesionales que comparten sus habilidades y competencias:
- Individuo
- Familia
- Servicios sociales y sanitarios
- Personal de la granja social
para crear un programa individualizado y eficaz basado en las necesidades de la persona. A continuación, se realiza un seguimiento constante del proceso mediante una evaluación sistemática de los puntos fuertes y las dificultades a lo largo del camino.
En este escenario es muy importante que el responsable de la Granja Social esté al tanto de cada uno de los progresos individuales y preparado, si es necesario, para reformularlo tras una nueva evaluación realizada por el equipo que dirige.
El proceso de recuperación que acompaña al individuo a lo largo del camino de la inclusión social, implica por su naturaleza dinámica, una evolución de la persona, fomentada por la interacción de factores externos e internos.
El tutor de la granja social suele ser un empleado de la granja, al igual que puede serlo el educador de la granja social, pero este último es más suele ser proporcionado enviado por una cooperativa social o directamente por los servicios sociales/sanitarios, ambos interactúan con los aprendices/usuarios a diario.
Trabajan juntos dentro de la granja – con fuerza, creatividad y coraje (Zampetti & Sabatini Scalmati, 2014) – aplicando sus conocimientos específicos y realizando diferentes tareas, pero es la unión de sus competencias y los objetivos comunes compartidos lo que fomenta el desarrollo de las habilidades del usuario.
Aunque el intercambio de opiniones entre diferentes figuras profesionales dentro de la granja social sigue siendo una de las prácticas más eficaces para identificar la mejor solución para cada individuo, el papel del educador de la granja social es crucial.
Las competencias adquiridas a través de la formación educativa en combinación con la experiencia adquirida trabajando con personas desfavorecidas, pueden garantizar resultados exitosos.
Los encuentros sistemáticos entre educadores sociales y profesionales de la salud mental -como psicólogos, psiquiatras y trabajadores sociales- son muy recomendables como parte del programa.
Las comparaciones programadas son, de hecho, útiles para el bienestar de la persona, ya que, al combinar sus competencias, pueden construir un itinerario a medida muy eficaz y personal:
- Los profesionales de la salud con sus evaluaciones periódicas (por ejemplo, entrevistas y pruebas)
- Los educadores sociales con sus competencias educativas (observación e interacción diarias)
El tutor de la granja social y el gestor de la granja social informarán constantemente del trabajo en curso realizado con el aprendiz y de los resultados obtenidos.
Esta evaluación continua tiene una importancia crucial para poner a prueba el programa de granja social adaptado e identificar las lagunas, si las hay, y los ajustes necesarios.
El proceso de evaluación se compartirá con el educador, la persona asignada de la cooperativa social o directamente del servicio social/sanitario, encargada de asistir al programa de inclusión de la granja social del aprendiz.
Se compartirá con los servicios socio-sanitarios un informe semanal de progreso proporcionando a los psiquiatras y psicólogos toda la información detallada sobre el trabajo desarrollado y los beneficios o problemas encontrados durante las prácticas.
Este es un punto crucial para tener una evaluación correcta que también se puede utilizar para planificar programas más generales implementados para categorías específicas de deficiencia o trastorno y enfocar mejor las necesidades de formación.
Las familias participan en todas las fases y en todas las relaciones relacionadas con la colocación y los programas en las granjas sociales, en colaboración con los servicios de empleo y sociales/sanitarios.
Por lo tanto, el gestor de la granja social también es responsable de este aspecto tan sensible, en estrecha colaboración con el educador de la granja social que realiza el seguimiento de la colocación.
Aunque los programas de colocación con apoyo pueden ser inicialmente costosos, han hecho posible que personas que nunca han tenido un trabajo, o que han tenido malas experiencias de colocación, encuentren un entorno equilibrado y agradable.
El gestor de la granja social tendrá ante las familias el papel de informar de los progresos realizados tanto en términos de adaptación al nuevo entorno y a las personas conocidas, como de conocimientos y habilidades adquiridos.
Las familias también suelen organizarse en asociaciones y contribuyen a difundir el papel de la granja social como un lugar mejor donde la rehabilitación puede combinarse con la inclusión y la autoestima adquirida por los aprendices.
Las reuniones organizadas con las familias y las asociaciones familiares son muy importantes para establecer buenas relaciones y confianza mutua.
El gestor de la granja social presentará los objetivos y las metas de las actividades realizadas en colaboración con los servicios sociales/sanitarios y de empleo y esbozará los programas futuros estimulando los debates con las familias y los aprendices.
El gestor de la granja social también organizará reuniones individuales con las familias centradas en trayectorias específicas, problemas potenciales que deben abordarse o sesiones especiales sugeridas para satisfacer las necesidades del aprendiz, en colaboración con el educador de la granja social encargado de los informes de actividades individuales y el tutor responsable de adaptar las actividades diarias.
El gestor de la granja social puede actuar, por lo tanto, como punto de unión entre las familias y los servicios sociales y sanitarios a lo largo de la trayectoria de rehabilitación del aprendiz.
El gestor de la granja social es aquella persona responsable de la planificación y gestión de un programa de agricultura social
La satisfacción del cliente mide cómo los productos o servicios prestados cumplen las expectativas
La empatía es la capacidad de comprender y compartir los sentimientos de otra persona
Los servicios de empleo son oficinas encargadas de buscar trabajo a los desempleados
El diagrama de Gantt es un tipo de calendario de barras que ilustra el calendario de un proyecto
El cuidado verde se refiere al entorno natural favorable para el cuidado de personas con necesidades especiales
Aprender haciendo es una metodología educativa basada en el aprendizaje práctico
Las necesidades especiales se refieren a los requisitos educativos debidos a dificultades de aprendizaje o diversidad funcional
La mascota-terapia y la hipoterapia se refieren a las terapias asistidas con animales de compañía o equinos
El portafolio de evidencias es una muestra de habilidades y logros de tareas
La gestión de riesgos es la previsión y evaluación de riesgos potenciales junto con la identificación de procedimientos para evitar o minimizar su impacto
La autoestima es una evaluación emocional subjetiva general de su propia valía
Las cooperativas sociales son empresas que se dedican a prestar servicios y trabajo a personas con necesidades especiales, como personas con diversidades físicas o mentales o con problemas sociales
El educador socio-sanitario puede definirse como un empleado de los servicios socio-sanitarios o de las cooperativas especializado en la asistencia a personas con necesidades especiales
Los servicios sociosanitarios son unidades públicas encargadas de la asistencia social y médica.
La rehabilitación social es un proceso destinado a incluir en la sociedad a las personas desfavorecidas
La ampliación del espacio es definida por psiquiatras y psicólogos como la oportunidad que se da a las personas con trastornos sociosanitarios de experimentar contextos no hospitalarios
El diseño universal es el diseño de edificios, productos o entornos para hacerlos accesibles a todas las personas, independientemente de su edad u otros factores
Personas vulnerables personas con puntos débiles o desventajas
El trabajo en sombra es una experiencia de formación basada en la realización de un trabajo en conjunto y con la supervisión de una persona que posee todas las habilidades en una competencia profesional específica
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